Hoy estoy enfadada, no tacha eso. Estoy furiosa y disgustada; absolutamente avergonzada de vivir en este mundo, de formar parte de esta especie a la que llamamos humanidad.
Ayer murieron 950 personas en el Mediterráneo, 950 se dice pronto. 950 personas cuyos nombres jamás conoceremos, 950 personas con sueños y esperanzas, que buscaban un futuro mejor que jamás encontrarían en sus países. 950 personas de las que se aprovecharon unos desalmados que hacen fortuna de las desgracias ajenas. 950 personas que no son nadie.
Y hoy vemos titulares que hablan de tragedia, de drama, de horror. Pero nadie hace nada y en un mes, dos, con suerte algo más, volverá a saltar una noticia igual. La noticia de que el mar se ha tragado de nuevo los sueños de alguien que sólo buscaba una vida mejor.
Pero mañana habrá fútbol o algún pseudo-famoso se perderá en una isla desierta o aparecerá algún otro sinvergüenza que se ha hecho rico a costa de lo que es de todos. Y se nos olvidará que esa gente existe, nos olvidaremos de su sufrimiento. Nadie hará manifestaciones, ni funerales de estado, hoy la noticia ni siquiera es Trending Topic. A nadie le importa. El mundo sigue y seguirá girando y no es justo. No lo es.
Y lo que más me duele es que a mi también se me olvidará, saldrá otro trailer de Star Wars, me pondré a estudiar, haré otra entrada para este blog y se me olvidará. Lo siento, lo siento mucho.
En días como hoy, odio el mundo en el que vivo. Paren el mundo, que yo me bajo.
lunes, 20 de abril de 2015
lunes, 6 de abril de 2015
Homenaje a las mujeres valientes (y II)
Hace algún tiempo escribí una entrada sobre mujeres valientes. Mujeres que ante las adversidades no se rinden, sino que usan toda su fuerza y su coraje para luchar para que el mundo no sea como es, sino como debería ser.
Y hoy, rebuscando entre correos he encontrado este otro ejemplo de mujer valiente. Os presento a Edith Eva Eder, doctora en psicología y superviviente de Auswitch.
Y hoy, rebuscando entre correos he encontrado este otro ejemplo de mujer valiente. Os presento a Edith Eva Eder, doctora en psicología y superviviente de Auswitch.
Doctora Eder, sé que jamás leerá esto pero necesito darle las gracias. Gracias por ser mi madre por 12 minutos. Gracias por compartir conmigo una gran verdad. Gracias por emocionarme cada vez que la escucho hablar. Gracias por compartir una experiencia tan dura. Gracias por ser tan fuerte. Gracias por ser tan valiente. Gracias por demostrarme que el perdón es más fuerte que la venganza. Gracias por ser un ejemplo para todos.
Muchisimas gracias y que Dios la bendiga
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