Hoy estoy enfadada, no tacha eso. Estoy furiosa y disgustada; absolutamente avergonzada de vivir en este mundo, de formar parte de esta especie a la que llamamos humanidad.
Ayer murieron 950 personas en el Mediterráneo, 950 se dice pronto. 950 personas cuyos nombres jamás conoceremos, 950 personas con sueños y esperanzas, que buscaban un futuro mejor que jamás encontrarían en sus países. 950 personas de las que se aprovecharon unos desalmados que hacen fortuna de las desgracias ajenas. 950 personas que no son nadie.
Y hoy vemos titulares que hablan de tragedia, de drama, de horror. Pero nadie hace nada y en un mes, dos, con suerte algo más, volverá a saltar una noticia igual. La noticia de que el mar se ha tragado de nuevo los sueños de alguien que sólo buscaba una vida mejor.
Pero mañana habrá fútbol o algún pseudo-famoso se perderá en una isla desierta o aparecerá algún otro sinvergüenza que se ha hecho rico a costa de lo que es de todos. Y se nos olvidará que esa gente existe, nos olvidaremos de su sufrimiento. Nadie hará manifestaciones, ni funerales de estado, hoy la noticia ni siquiera es Trending Topic. A nadie le importa. El mundo sigue y seguirá girando y no es justo. No lo es.
Y lo que más me duele es que a mi también se me olvidará, saldrá otro trailer de Star Wars, me pondré a estudiar, haré otra entrada para este blog y se me olvidará. Lo siento, lo siento mucho.
En días como hoy, odio el mundo en el que vivo. Paren el mundo, que yo me bajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario